Desde el día de nuestro Bautismo, somos hijos de Dios, discípulos de Cristo y miembros de la Iglesia Católica y contamos con el Espíritu Santo para llevar a cabo la misión de hacer discípulos a los demás, tal y como Jesús lo mandó.
Jesús, perfecto misionero, guiado por el Espíritu Santo inaugura el Reino de Dios con signos y señales, cumpliendo la voluntad del Padre: la salvación hasta los confines de la tierra.
¿De qué manera lo hace? Llama y envía a los discípulos. Funda y constituye la Iglesia para que se extienda el Reino de Dios y es allí donde nacen las Pequeñas Comunidades Eclesiales (PCEs).
Hoy, como discípulos misioneros de Cristo tenemos el mismo llamados de los primeros cristianos, que es "Ir por todo el mundo y anunciar el Evangelio" Mt 28, 19-20.
Sin embargo, la realidad actual de nuestras parroquias no contribuye a este mandato y la comunión entre hermanos no se está llevando a cabo. Los diversos grupos de apostolado se hacen encerrado en sí mismos, buscando el crecimiento de sí mismos y el crecimiento del Reino de Dios.
Por este motivo, el sábado 4 de junio, se realizó el II Encuentro Arciprestal: Conversión Pastoral y las Pequeñas Comunidades Eclesiales, en el cual participaron los miembros de los apostolados de las parroquias del Arciprestazgo Valencia Sur Oeste, de nuestra Arquidiócesis de Valencia, junto a los párrocos de cada una de ellas.
Este encuentro se efectuó con el fin de hacer despertar a todos los presentes y recordarles que el reto de la Iglesia es "producir" más discípulos misioneros. A través de algunas preguntas de reflexión, todos estuvieron de acuerdo en asumir la responsabilidad de ser anunciantes del Evangelio, uniendo esfuerzos, formándose y siendo testimonio de un Cristo vivo y resucitado, para cumplir con los desafíos que nos presenta la Misión Continental.
"Se trata de confirmar, renovar y revitalizar la novedad del Evangelio, desde un encuentro personal y comunitario con Jesucristo que suscite discípulos y misioneros. Esto no depende de grandes programas y estructuras, sino de hombres y mujeres nuevos" (DA 11).
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